Antes de comprar una casa, lo ideal es ver varias y seleccionar después. Si puedes, compara las tres que más te gusten evaluando estos criterios, antes de decidirte a comprar:
El precio. La mayoría de veces el precio de la casa no es exacto a lo que estabas buscando, puede ser menor o mayor, pero toma en cuenta tu límite máximo.
El costo de esa vivienda. No es lo mismo que el precio. ¿Tendrás que pagar mantenimiento mensual? ¿Cuánto y qué incluye? ¿Está en zona inundable que requiere seguros adicionales? ¿Cuánto se paga de impuestos en ese lugar?
El espacio. Piensa en presente, y en futuro. Tu compra no debe ser pensada para venderla en uno o dos años. Para sacar beneficios económicos deberás esperar un tiempo, por lo tanto, asegúrate que la casa tenga el espacio mínimo que necesitas.
Distribución. A veces no es el tamaño sino la distribución del espacio lo que enamora a un comprador. Piensa en qué es lo primero que ves cuando abres la puerta, si el dormitorio principal te queda muy aislado del cuarto de los niños y estos son muy pequeños, o si tienes que pasar por la cocina para llegar a la sala.
Si hay espacio suficiente para tus muebles. Lleva contigo una cinta métrica para tomar medidas si tienes dudas o tu agente podrá suministrarte una. Por lo regular llevarás tus muebles a la nueva casa, y es un mal indicador que tengas que dejar algunos de ellos porque no tengan cabida. Recuerda que va a ser tu casa permanente por un buen tiempo, si te encanta, pero no cabe nada, sigue mirando alternativas.
La localización. Verifica qué tan cerca o lejos está de tu empleo, vías de acceso y qué tan congestionado es el tránsito. Además las escuelas, tiendas y hospitales cercanos. Conducir horas diariamente hasta tu trabajo es desgastante y te hará perder tiempo valioso que puedes aprovechar en casa.
Cómo se ve la vivienda. ¿Luce sólida, como nueva o desgastada? Evalúa las reparaciones obligatorias que tendrás que hacer y el costo, para esto busca un profesional.
Si tiene espacio para almacenamiento. Si te has mudado varias veces te habrá sorprendido la cantidad de cosas que se van acumulando en la casa. Aunque uno jura no volver a guardar tanto, la historia se repite y en tu casa propia, lo mejor es tener área suficiente para guardar lo que no usas. En caso contrario, sentirás como tu espacio se va haciendo cada vez más pequeño.
Realiza una inspección preliminar, no profesional. Es vital tener una inspección profesional, pero cuando no te has decidido por una vivienda, hacerla en cada una de ellas es muy costoso. Por lo tanto, usa tu criterio cuando das el primer vistazo a una casa, y cuando decidas comprar, contrata al inspector.
Primeramente evalúa tú mismo cómo se ve el techo a simple vista, filtraciones o grietas en las paredes, condiciones del piso, tuberías que se vean rotas, cómo lucen los equipos eléctricos, el patio, las puertas, ventanas, los baños y los gabinetes de cocina, entre otros.
El tipo de vida que ofrece la comunidad. Si sueñas con vivir en el campo, y las casas que has visto están en el medio de la ciudad, sabes que debes seguir buscando. Si tienes niños pequeños o están en planes y la casa que encuentras está en plena avenida o calle transitada, piénsalo dos veces, ¿habrá mucho ruido en la casa, tus niños tendrán área para jugar?